La Facultad de Letras surge del antiguo Colegio Universitario de Ciudad Real. Llevó un tiempo la transformación del Colegio en Facultad y su posterior desarrollo, procesos que se realizaron bajo la dirección del primer Decano del Centro: Félix Pillet Capdepón (1985-1996). Muchas eran las tareas por realizar: era necesario posicionar el Centro en la provincia y en la región, desarrollar unos presupuestos, especialmente dedicados a fondos bibliográficos, emprender las oportunas reformas de planes de estudios y por último, proyectar una extensa actividad universitaria.
Dos diseños de planes de estudios presidieron estos años: el primero consistió en pasar de primer ciclo a segundo ciclo las cuatro licenciaturas: Filología Hispánica, Filología Inglesa, Filología Francesa y Geografía e Historia. Posteriormente, con la aplicación de la Ley de Reforma Universitaria (LRU) se implantaron, en el curso 1993-94, un total de siete titulaciones, de cuatro años cada una: Filología Hispánica, Filología Inglesa, Francesa, Historia, Historia del Arte, Geografía, y por último, Humanidades con seis itinerarios, todas ellas con un mayor nivel de profesionalización, lo que supuso un considerable incremento de alumnos y de profesores.
A los dos ciclos, se unieron cinco cursos de doctorado, donde los departamentos tuvieron una importante presencia, pues cada curso contaba con los profesores de los cuatro campus, a los que se sumaban otros profesores invitados de distintas universidades, planteamiento que permitía hacer región y universidad. Los profesores, desde sus Departamentos, generaron una importante actividad de extensión universitaria en la Facultad.
El edificio original fue compartido durante un tiempo con la Facultad de Ciencias Químicas. Una auténtica convivencia universitaria se forjó en esa época, manifestada especialmente en la cafetería-restaurante, herencia del Colegio Universitario. El nuevo edificio para la Facultad de Letras, construido por Antonio Fernández Alba, en agosto de 1997. La obra forma una unidad dentro del proyecto urbanístico y arquitectónico diseñado en su día para los edificios universitarios.
Quedaban atrás años en los que se pasó de ser Colegio Universitario dependiente de la Universidad Complutense a Facultad de la UCLM con todos los derechos, obligaciones y compromisos que eso conlleva. El número de estudiantes y profesores, y los nuevos retos a los que se tenían que hacer frente con la llegada del nuevo Espacio Europeo de Educación Superior, exigían ya unas infraestructuras apropiadas en extensión y en especialización.
Se pasó de ocupar un edificio en el que convivían despachos, aulas y cafetería a unos edificios destinados a la docencia (Aulario), al estudio (Biblioteca), a la investigación (despachos, laboratorios y seminarios) y a la gestión universitaria, ubicados todos ellos en el edificio Francisco García Pavón con grandes espacios para encuentros y celebraciones académicas abiertos a la sociedad ciudadrealeña. Más allá del significativo incremento de metros cuadrados y de edificios, el cambio visualizó sobre todo la puesta a punto de la Facultad de Letras ante los desafíos y transformaciones a los que tenía que hacer frente con la llegada del Plan Bolonia.
Hoy se forman en ella unos 1.200 estudiantes en los grados en Estudios Ingleses, en Lenguas y Literaturas Modernas: Francés-Inglés; en Español: Lengua y Literatura, en Historia, en Historia del Arte y en Geografía y Ordenación del Territorio; y un centenar más en nuestros másteres y programa de doctorado. La Facultad alberga el Centro de Lenguas de la UCLM, el Centro de Estudios de Castilla-La Mancha y el Centro de Investigación Instituto Almagro de Teatro Clásico.